¿Cuándo tengo que cambiar mis neumáticos?
En algún momento los neumáticos de tu coche deberán ser reemplazados por una o varias razones. Conoce cuál es el momento idóneo para cambiar tus neumáticos, a fin de que tu conducción sea más segura y satisfactoria.
¿Cómo podemos saber si nuestros neumáticos tienen fallas?
A simple vista, son varios los indicios que nos alertan sobre un neumático defectuoso. Uno de ellos son las grietas que se observan en la goma externa, lo que indica que el neumático se ha endurecido. Otro indicio que puedes obtener consiste en pasar tus dedos sobre los surcos del neumático para ver si el desgaste ha llegado al tope.
Por regla general, dicho desgaste no debe sobrepasar 1,6 milímetros. Además, tus neumáticos no deben presentar una o más protuberancias en cualquiera de sus bandas laterales. Esto es un indicio de que un componente rígido del neumático se encuentra dañado.
¿Cuándo llega la hora de cambiar los neumáticos?
Una vez que nuestros neumáticos recorren entre cuarenta y cincuenta mil kilómetros, o bien cada cuatro o cinco años, es cuando debemos proceder a sustituirlos.
Aunque uses poco tu coche, deberás realizar el cambio, puesto que en el giro de cinco años tus neumáticos presentarán ciertas fallas que hagan que tu vehículo no tenga buen desempeño. Al cabo de ese período tus neumáticos se endurecerán, perderán adherencia, problemas al frenar, y por lo tanto, la seguridad y la comodidad al conducir se verán comprometidas.
Si uno o más neumáticos han sufrido pinchazos irreparables es necesario que realices un reemplazo. Así mismo, si observas un desgaste irregular, seguramente se deba a una falla mecánica de tu vehículo, aunque tendrás que proceder a su sustitución.
Elementos que debemos supervisar para conocer el estado de los neumáticos
Revisa periódicamente el fondo de la banda de rodamiento para conocer el nivel de desgaste. Inspecciona visualmente tanto canales, figuras y líneas cada cierto tiempo. Estas marcas permiten que el agua presente en el suelo fluya adecuadamente durante la conducción.
Una de las mejores formas de mantener en buen estado tus neumáticos es controlando periódicamente la presión.